15.12.07

MEMORIAS DE UN MÉDICO DE URGENCIAS (BIS)

Cierto día llego al Servicio de Urgencias de la residencia sanitaria del lugar un ciudadano quejándose de haberse atragantado durante la comida con un maléfico hueso de pollo que decía tener aún atascado en las "tragaderas". Es decir; parecía sufrir lo que nosotros llamamos –para abreviar- un "cuerpo extraño en el aparato digestivo".
Se le realizaron unas pruebas y se recomendó al paciente que esperara en la sala de acompañantes a que se obtuvieran los resultados de las pruebas solicitadas.
Al cabo de algún tiempo, por los altavoces de la megafonía, que a veces me recuerdan a los impersonales eyaculadores de voz de los aeropuertos, se emitió el siguiente mensaje:
"El paciente del cuerpo extraño pase al despacho número dos".
Allí acudió también el médico, que se quedó estupefacto cuando, al abrir la puerta, se encontró frente a un paciente doblado por una impresionante joroba, que, obviamente nada tenía que ver con el atragantado cliente de la urgencia, pero que al oír aquello del "cuerpo extraño" se dio por aludido, entrando en el despacho tal como entendía se le había ordenado por la megafonía.Confieso que hubiera dado cualquier cosa por oír el diálogo que se estableció en aquellos momentos.

La siguiente entrada esta sacada del libro MEMORIAS DE UN MÉDICO DE URGENCIAS. DR. LUIS JIMÉNEZ DE DIEGO, JEFE DEL SERVICIO DE URGENCIAS EN EL HOSPITAL CLÍNICO DE MADRID.

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